Botánica: trasplante de árboles adultos

· Alberto Auné, Botánica
Autores

Alberto Auné

Los árboles adultos o añosos son un elemento indispensables en el planeamiento paisajista y también en muchos jardines en que se quiere conservar el árbol que tiene recuerdos para una familia.
Por muchos motivos es necesario efectuar el traslado, para lo cual son necesarios cuidados especiales cuando son valiosos y de muchos años de edad.

Las técnicas aplicadas en estos casos son conocidas de antaño, consistiendo en operaciones de trasplante rápido, que se alternan con la conservación en los ejemplares de una rizosfera a capellón o pan de tierra semidescubierto, o de una rizosfera cubierta, según el carácter de las espe­cies botánicas manejadas en los trabajos.


Manejo del trasplante

Para el proceso de formación de capellones (pan o pilón de tierra), se procede en primer lugar a excavar circularmente a una distancia radial no menor a dos metros y medio o tres del eje principal de los ejemplares, realizando la necesaria poda o trimming de las raíces de anclaje, que por lo general se extienden horizontalmente hacia el exterior del núcleo central de la rizosfera.
Este procedimiento se efectúa por medios manuales, siendo conocido como «coronamiento del árbol», aunque en casos especiales puede hacerse mediante la utilización de máquinas excavadoras.
Estos trabajos pueden llevarse a cabo con cierta anticipación con el fin de «acostumbrar» a los árboles a las condiciones que les impondrá el traslado.
Se debe verificar en especial que haya humedad equivalente en la rizosfera durante el tiempo em que los ejemplares deban esperar el trasplante definítivo.

También resulta aconsejable someter a un razonable trimming la copa del árbol. Esto se efectúa con la finalidad de equilibrarla con la capacidad real del sistema radicular que disminuye su vi­talidad normal durante el primer tiempo de trasplante.
Los capellones comúnmente tienen la forma de un cono invertido, dado que la excavación de la zanja circular debe respetar la parte más densa de la rizosfera.
Esta parte está próxima a la superficie del suelo, donde están en gran porcentaje las raíces de absorción.
El sistema radicular de los árboles y todas las plantas superiores (fanerógamas) cumple dos funciones esenciales: absorción de nutrientes o solutos del suelo y fijación mecánica o anclaje del árbol en el suelo.


El medio edáfico

El término «edáfico» se refiere a lo que es del suelo o relativo a él, especialmente en lo que se refiere a las plantas.
El lugar al cual se trasladarán los árboles debe tener similitud en sus valores edáficos y en lo posible mejorarlos.
Para ello se reactiva el sistema radicular con la administración dentro de las dos semanas posteriores del correspondiente tratamiento fitoquímico (efectuado fertilizantes químicos compuestos y sustancias hormonales).
El objeto sustancial es revitalizar al árbol lo antes posible en su nuevo lugar de emplazamiento.
El primero y principal de los tratamientos es la hidroterapia, o sea la aplicación de abundante riego antes y después del trasplante.

Mantenimiento general

Durante el coronamiento se deberá asegurar la protección del fuste o tronco a la altura donde se ajustará el cable de acero resistente con el cual será extraído posteriormente el ejemplar mediante el auxilio de una grúa hidráulica con suficiente potencia para levantar la planta con su rizosfera sin hacerle daño alguno a sus partes vitales y trasladarla hasta el nuevo lugar de emplazamiento.
Este lugar debe estar preparado de antemano con las dimensiones apropiadas.
Una vez colocado el árbol en su nuevo lugar, el rellenamiento es preferible hacerlo con tierra humífera (tierra negra o agrícola) que indudablemente facilitará la retención de humedad y la rebrotación radicular.

El mantenimiento posterior al trasplante implica abundante riego y el tratamiento fitoquímico señalado anteriormente, considerados operaciones clave en estos trasplantes.
Durante unos 90 días por lo general los árboles añosos trasplantados están expuestos al colapso, que debe evitarse.
Además, por seguridad, necesario mantener los ejemplares adecuadamente asegurados a estacas firmes en el suelo o a otros árboles vecinos, protegiendo siempre la corteza de los troncos o ramas amarrados.
Los tratamientos fitoquímicos deberán ser periódicos y responder a un plan conforme a la estación del año, especie, edad, etcétera.


Tolerancia al trasplante

Las especies con mejor tolerancia ante el trasplante son las siguientes, según experiencias realizadas en América del Sur:
Palmera de Canarias, tipa blanca, jacarandá o tarco, palo borracho, semohú, ligustro, gomero, palma yatay, palma datilera, kauri o agates, brachito y álamo piramidal.
Hay también especies tolerantes, intermedias o indiferentes e intolerantes. Alberto Auné

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