Compromiso Cívico de Paz: una propuesta para cambiar el mundo

· Alberto Auné, sociedad
Autores

Alberto Auné

Las guerras siempre fueron decididas por los gobiernos y no por los pueblos; si los ciudadanos eligen gobiernos que busquen la paz ésta será una realidad duradera. Esta propuesta de Internet para la Paz abre nuevas perspectivas para un mundo mejor.

Contenido

•1. Avances tecnológicos y retrocesos en la concordia entre los pueblos
•2. Nuestro deber: evitar nuevas guerras
•3. La clave del problema y su solución
•4. Compromiso Cívico por la Paz
•5. El resultado

  1. Avances tecnológicos y retrocesos en la concordia entre los pueblos

El hombre ha avanzado en importantes campos a lo largo de los siglos y especialmente en los últimos tiempos. Sin embargo, los conflictos entre naciones e incluso dentro de ellas siguen produciéndose, sin haberse alcanzado la paz y pagando cotidianamente el precio de familias destruidas, tierras arrasadas y seres humanos que sufren heridas, mutilaciones y muertes.
Al dirimirse los conflictos por medio de la vía armada, se afirma la victoria del más fuerte -no siempre el que tiene razón-, con un número incontable de víctimas inocentes. Mientras esto ocurre, quienes impulsan y dirigen las guerras deciden sobre vidas y bienes ajenos, muchas veces desde cómodos lugares a los que no salpica la sangre derramada en los frentes de combate.
Esto puede verificarse de una simple manera: piense el lector en una guerra; no importa cuál, ni qué idioma hablen sus participantes, ni el color de su piel ni su credo religioso; ni siquiera cuándo y dónde tuvo lugar ese conflicto. La contienda bélica en la que piensa, sea cual fuere, no fue decidida por los pueblos sino por sus gobernantes. Así ha ocurrido hasta ahora, sin excepción, a lo largo de la historia.

  1. Nuestro deber: evitar nuevas guerras

La historia de la humanidad nos muestra guerras de todo tipo, con diferentes tipos de armamento y tecnología bélica. Sin embargo, a pesar de estas diferencias, todas tienen algo en común: la decisión de comenzarlas fue tomada por gobernantes o dirigentes políticos con poder; nunca, absolutamente nunca, por los pueblos por ellos dirigidos y de los que son responsables ante los hombres y ante Dios.
Ha llegado el momento de cambiar la historia, trazando un camino hacia la paz, logrando el compromiso de los gobernantes de solucionar los conflictos entre naciones o grupos humanos por la vía pacífica.

  1. La clave del problema y su solución

Las guerras son iniciadas, reiteramos, por quienes tienen poder sobre los pueblos; así se deduce de una observación de cada una de ellas y sus orígenes.
A menudo además, estos conflictos bélicos son sólo pretextos para experimentar nuevas armas y mecanismos de destrucción del ser humano. El vil comercio de las armas llena de sangre ajena las conciencias y las manos de quienes firman convenios para utilizarlas a cambio de un dinero que debería ser utilizado para calmar hambre y enfermedades, y en el desarrollo de obras de todo tipo que lleven al bien común.
Este hecho está ante nuestros ojos. Doloroso, es cierto; pero dentro de esa tragedia encontramos, como quien observa una obra de arte con una mirada más profunda buscando símbolos que otros no llegan a ver, la clave para evitar las guerras.
La solución, simple y clara, consiste en elegir gobernantes, a todos los niveles, que valoren el compromiso del diálogo para solucionar los conflictos, haciéndolo por la vía pacífica. De esta manera, al ser gobernados los países del mundo por quienes privilegian la paz, ésta será un hecho concreto, más cercana en la medida en que estos gobernantes comiencen a cumplir el mandato para el que sean elegidos.

  1. Compromiso Cívico por la Paz

Esta acción está al alcance de todas las personas que, en sistemas de gobierno en los que se elige a las autoridades de manera democrática, tienen el ejercicio del sufragio.
La propuesta pertenece a Internet para la Paz, una entidad que nació para impulsar la paz en el mundo o restaurarla si ha sido vulnerada, a través del uso de la Web en sus formas actuales o cualesquiera que pudiera tomar en el futuro.
Para dar mayor fuerza al voto como herramienta de paz se propone ponderar como un elemento más al elegir candidatos a cargos públicos en comicios, de cualquier nivel a que éstos se postulen, la voluntad de solucionar los conflictos entre naciones o grupos humanos fuera o dentro de un país por la vía pacífica.
Esta voluntad debe expresarse, para ser ponderada por los ciudadanos, de manera explícita y aceptando por parte de quien la formule el control ciudadano para su efectivo cumplimiento.
De esta manera, el candidato que honre su palabra contribuirá a la paz entre los pueblos y grupos humanos de una nación.
Quien no lo haga deberá asumir el rechazo de sus conciudadanos, quienes no volverán a votarlo para un cargo electivo, además de exhortar a sus pares a tomar igual actitud y el pedido de remoción del cargo en la medida en que las leyes del país lo permitan.

  1. El resultado

Esta ponderación de voluntad de paz en todo candidato a cargo electivo será evaluada por sus conciudadanos como un elemento de al menos igual nivel que sus otras propuestas, de manera independiente del sistema político o económico imperante en el país, mientras éste permita el libre ejercicio del voto.
En la medida en que los candidatos a cargos electivos tomen conciencia de que los pueblos quieren solucionar conflictos por la vía pacífica, tomarán compromisos por la paz, formulando propuestas concretas para llegar a ella, conscientes de que los electores valorarán estas propuestas y compromisos para decidir el voto, y ejercerán su derecho al control ciudadano de la gestión de los funcionarios para evitar cualquier alejamiento de la palabra dada.
De esta manera, los pueblos serán protagonistas y hacedores de un cambio de gobernantes, accediendo al poder quienes eligen la vía pacífica para la solución de conflictos.
La presencia de legisladores, magistrados y gobernantes que hayan tomado este compromiso, junto con el control por parte de los electores de la palabra empeñada por quienes sean elegidos, evitarán su incumplimiento y buscarán con propuestas concretas que la promesa electoral sea cumplida, afianzando así la paz entre los pueblos y las naciones del mundo. Alberto Auné

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