
Revista de superhéroes. EEUU, 1943 (Fuente: http://www.wikimedia.org)
Alberto Auné
La fantasía y la realidad se unen mucho más de lo que pensamos.
Cuántas veces imaginamos a papá en ropa de un ídolo que admirábamos en las historietas y series televisivas…
Contenido
1. El ídolo hogareño
Nuestros padres fueron para quienes alguna vez pasamos por la hermosa experiencia de ser niños los mejores superhéroes.
Recuerdo ya unas cuantas décadas atrás las revistas con aventuras de Superman, El Hombre Araña, Batman y Robin…
Junto con tantos otros eran nuestros héroes cuando niños. Entonces, recordemos, hace tiempo ya, los héroes eran buenas personas.
No había violencia en aquellas ingenuas historietas ni tampoco en las películas por capítulos que se daban en las matinéees de algunos cines de pueblo ni tampoco después en la televisión.
La familia nos inculcaba valores que los héroes llevaban a su máxima expresión, como honradez y lealtad. En algunos casos, como las series estadounidenses, el patriotismo surgía como un valor indispensable a seguir, según entre otros nos recordaba el Capitán América.
Así, imaginábamos a nuestros padres como superhéroes; quizás lo hacíamos de manera inconsciente, pero esto era una realidad.
Lo que no sospechábamos quizás es que lo eran, pero no de historieta, sino en la vida real, al trabajar con sacrificio para darnos, dentro de sus posibilidades, lo mejor.
Ese heroísmo es el que vuelve ahora a nuestra memoria y nuestro corazón, Pero entonces nuestro mundo era ideal, ya que la vida no nos había golpeado como lo haría más adelante, cuando nos tocara a nosotros hablar a nuestros hijos, que ya no se conformaban con revisas de historietas sino que querían algo más, muchas veces relacionado con la tecnología.
Junto con tantos otros eran nuestros héroes cuando niños. Entonces, recordemos, hace tiempo ya, los héroes eran buenas personas.
No había violencia en aquellas ingenuas historietas ni tampoco en las películas por capítulos que se daban en las matinéees de algunos cines de pueblo ni tampoco después en la televisión.
La familia nos inculcaba valores que los héroes llevaban a su máxima expresión, como honradez y lealtad. En algunos casos, como las series estadounidenses, el patriotismo surgía como un valor indispensable a seguir, según entre otros nos recordaba el Capitán América.
Así, imaginábamos a nuestros padres como superhéroes; quizás lo hacíamos de manera inconsciente, pero esto era una realidad.
Lo que no sospechábamos quizás es que lo eran, pero no de historieta, sino en la vida real, al trabajar con sacrificio para darnos, dentro de sus posibilidades, lo mejor.
Ese heroísmo es el que vuelve ahora a nuestra memoria y nuestro corazón, Pero entonces nuestro mundo era ideal, ya que la vida no nos había golpeado como lo haría más adelante, cuando nos tocara a nosotros hablar a nuestros hijos, que ya no se conformaban con revisas de historietas sino que querían algo más, muchas veces relacionado con la tecnología.
Era hermoso mirar las imágenes de colores junto con papá, que a veces tenía la paciencia para leernos los textos en los globitos.
Nunca faltaba alguna reflexión sobre la necesidad de ser bueno y siempre acompañar a quienes luchaban por las causas justas, para tratar de dejarnos algún mensaje positivo antes de irnos a dormir.
2. La realidad de hoy
Los años pasaron y hoy los cabellos blancos nos indican que hay otras urgencias, que la vida nos ha presentado con el correr del tiempo.
Sin embargo, siempre habrá tiempo para recordar aquellas historietas con los héroes que tando admirábamos.
Si hojeamos las viejas publicaciones y volvemos en nuestra mente a aquellos momentos recibiremos un positivo empuje para salir adelante, a pesar de los problemas que nos esperan cada día.
Si hojeamos las viejas publicaciones y volvemos en nuestra mente a aquellos momentos recibiremos un positivo empuje para salir adelante, a pesar de los problemas que nos esperan cada día.
Aunque hoy los superhéroes aparezcan en CD-ROMs, DVDs o discos Blu-Ray, la imagen del papá que todo lo podía quedó en la memoria y el corazón. Si tenemos a nuestros padres demostremos a ambos el amor que merecen, pues el padre superhéroe no lo sería sin la madre superheroína que está siempre a su lado. Y si no están o falta alguno de los dos, sepamos que siempre nos estará alentando para ser buenos y salir adelante. Alberto Auné
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