Alberto Auné
La salud mental es un bien preciado; no permitamos que bajo pretexto de intereses menores a nuestra propia vida sea dañada.
Contenido
1. Paradigmas sociales
En muchos casos, la sociedad plantea paradigmas de salud que cree obligatorios y excluye de ellos a las minorías.
De esta forma, las actitudes de la población respecto a la salud, han ido cambiando a medida que se producen transformaciones en los conceptos de valores de la sociedad.
La escala de valores de hoy, por ejemplo, respecto a las costumbres sociales y lo que es aceptado como tal, no son las mismas de la época victoriana, ni siquiera las de unos años atrás.
Nuevos estilos de vida, formas de convivencia, han tenido amplia difusión y lo que ayer aparecía como condenable socialmente y como una enfermedad hoy no lo es. Entre los ejemplos podemos presentar las minorías sexuales y las formas de convivencia que no son de la familia como hasta ahora era conocida –pareja de hombre y mujer con hijos-, habiendo sido definida como «la célula básica de la sociedad».
2. Revisar sin destruir
El concepto de salud, por lo tanto, debe ser analizado, complementando la definición de la OMS, como el equilibrio entre la persona y la sociedad, que la recibe como tal a pesar de diferencias que pueda existir.
De esta forma, el ser humano puede desarrollar su potencialidad, llegando al goce pleno de la vida, disfrutando del bienestar individual y social.
3. Un amplio concepto
Esta expresión comprende mucho más que la ausencia de trastorno mental, ya que la relacionamos con la felicidad, la tranquilidad y la satisfacción.
Tiene que ver con la vida diaria de todos nosotros, comprendiendo la forma en que nos relacionamos con los demás en todos los ámbitos de nuestra existencia, como familiar, social, educativo y laboral.
Según la Federación Mundial para la Salud Mental, la salud mental tiene que ver con:
– Cómo nos sentimos con nosotros mismos.
– Cómo nos sentimos con los demás.
– En qué forma respondemos a las demandas de la vida.
4. Actuar en defensa propia
Defensamos nuestra salud mental, evitando que los problemas nos agobien y superen.
La sociedad actual tiende, con su escala de valores, a crear estrés; está en nosotros resistir esta invasión a nuestro Yo, que puede deteriorarlo y hasta destruirlo.
Si logramos defender la ciudadela la felicidad colmará nuestra vida, dándonos salud, felicidad y longevidad, tesoros que valen más que todo el dinero del mundo. Alberto Auné
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