Alberto Auné
Una actividad exigente que no siempre es respetada como lo merece.
La tecnología y la usurpación de campos laborales acosan a quienes ejercen esta profesión; defendamos la actividad que deben ejercer sólo quienes tienen los títulos para ejercerla digna y responsablemente.
Contenido
1. La fecha en la historia
El 3 de julio de 1943 un grupo de profesionales del micrófono, que trabajaban en radio, fundó la Sociedad Argentina de Locutores (SAL), que agrupa a quienes tienen este trabajo y han estudiado para ello.
Debido a esto, esa fecha fue elegida para conmemorar en ese país el Día del Locutor en la República Argentina.
2. Una carrera exigente
No es fácil ser locutor en la Argentina. Hasta hace un tiempo (esta nota está actualizada en 2011) la profesión se estudiaba en dos lugares: el estatal Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER) y el privado Instituto Superior de Comunicación Social (COSAL); más adelante quedó el primero de estos centros educativos otorgando el título oficial.
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El micrófono, herramienta
del locutor
(Fuente: www.wikimedia.org)
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El ISER otorga el título de Locutor Integral de Radio y TV, con una duración de tres años. Tiene insitutos adscriptos en distintos lugares de la República Argentina
El COSAL fue fundado al amparo de la Orden Salesiana, fundada por San Juan Bosco, que tiene una gran presencia educativa en el mundo. Su nombre recuerda también a los Cooperadores Salesianos, laicos (no sacerdotes) que colaboran en distintas disciplinas con los sacerdotes de esta orden, que extendida por varios países del mundo efectúa una gran labor. Los profesionales egresados del COSAL tienen un gran basaento profesional.
Mucha gente quiere estudiar la carrera de locutor y a veces está entusiasmada.
Es necesario alentar a estudiantes, mostrándoles que una profesión como la locución es digna de ser emprendida.
Por eso nunca se enfatizará bastante sobre la dgnidad de una profesión que no es fácil. Nada puede reemplazar a la voz humana, que trae la calidez que ninguna máquina puede reemplazar.
Hay locutores, hombres y mujeres, de distintas edades, pero cada uno de ellos da un aporte especial y complementario en el arco de esa enriquecedora y positiva diversidad.
Detrás de cada micrófono en el que habla un locutor hay alguien que pone lo mejor de sí para que la palabra llegue al oyente a través del éter. No importa la distancia, ya que hay radios locales y de larga distancia, a lo que debe sumarse la presencia de radios en internet, multiplicando exponencialmente las posibilidades de comunicación.
3. Respetar cada profesión
En muchas ocasiones los roles se mezclan, y es necesario defender la profesión de cada persona involucrada en un medio, gráfico, radial o televisivo: periodistas, técnicos y locutores.
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La radio, instrumento
de cultura y difusión
(Fuente: www.wikimedia.org)
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Por ejemplo, las marcas comerciales sólo pueden ser nombradas por locutores graduados y con la habilitación correspondiente. Para eso han estudiado y su voz está modulada profesionalmente, a menudo con gran esfuerzo de trabajo y práctica a lo largo del tiempo, ya que la carrera no es solamente intelectual sino práctica, con un alto nivel de exigencia.
El esfuerzo de cursar esta carrera es mucho mayor al de otras y bien lo saben quienes la han cursado.
Sin embargo, a menudo vemos a locutores que transmiten información, periodistas que nombran marcas comerciales, modelos que conducen programas periodísticos y situaciones similares en las que todo, como decía Minguito Tinguitella, aquel personaje del inolvidable Juan Carlos Altavista, «Segual».
Es necesario no sólo defender la profesión de cada persona que trabaja en los medios sino garantizar que ésta siga vigente.
4. Locutores en radio y TV
Recordemos los primeros tiempos de la televisión argentina. No había programas grabados. Los locutores debían entrar en cada corte comercial y efectuar los avisos.
Hubo grandes en aquellos tiempos. Guillermo Brizuela Méndez, Orlando Marconi, Pinky, Edmundo Sanders (quien trabajara para la BBC dando su voz en inglés a una serie sobre la Segunda Guerra Mundial), Jorge «Cacho» Fontana, Nelly Trenti y tantos otros que sería largo nombrar.
Entre quienes defendieron y defienden la profesión se destaca Fernando Bravo, locutor por excelencia, excelente comunicador social, caracterizado por impulsar el respecto a esta profesión.
Los primeros locutores argentinos que habían estudiado comenzaron a dignificar la profesión. Isabel Marconi, Adolfo Salinas y Jaime Mas por nombrar algunos, con su gran labor en LR3 Radio Belgrano.
La historia de la radiodifusión argentina está signada por los locutores, hombres y mujeres, que con su esfuerzo construyeron una historia digna de ser recordada.
5. Trabajo y tecnología
Hoy la tecnología, que ha traído muchas soluciones, priva al oyente de radio o televidente de la transmisión en vivo. Basta apretar un botón y todos los avisos aparecen en un orden deseado o aleatoriamente.
Los locutores deberían cobrar por estas emisiones, para las que ponen la voz, así como los actores por las repeticiones de capítulos de series o novelas en los que trabajan.
Sin embargo esto se deja de lado a menudo, en una evidente falta de respeto y consideración para quienes han estudiado y lograron su título con esfuerzo.
6. Otras labores del locutor
Además de los medios, hay locutores que son «la voz» de una empresa o entidad. Por ejemplo, hay muchas empresas, entre ellas bancos, que tienen contratado un locutor que conduce los actos institucionales. Por ejemplo, durante muchos años Edmundo Sanders fue la voz del entonces Banco de Boston.
7. Honremos el trabajo de este profesional
El locutor debe tener la consideración que su labor merece. En un momento en que algunas profesiones como actuación, periodismo, producción radial y televisiva, por nombrar algunas dentro de los medios, aparecen con trabajadores que no han estudiado una carrera al menos terciaria, se le exige al locutor el título habilitante.
Respetemos a quienes han estudiado esta profesión y defendamos su fuente de trabajo, que es defender la de quienes están en los medios, en especial la radio y la televisión. Alberto Auné
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