Alberto Auné
La globalización puede causar el distanciamiento físico de familiares y amigos; sin embargo, podemos usar la tecnología para mantenernos en una cercanía virtual.
1. Las nuevas realidades
La aldea global tiene como uno de sus efectos la posibilidad de trasladarnos por motivos laborales; muchas veces un contrato o alguna propuesta son ventajosos y difíciles de rechazar, sobre todo si nuestro trabajo está relacionado con alguna especialización de fuerte demanda.
Algunos de estos distanciamientos son cercanos geográficamente, otros algo más lejanos y algunos a ciudades lejanas o al extranjero.
En otros casos la ubicación geográfica es relativamente cercana pero la actividad lleva a un contacto al menos más espaciado.
2. La cercanía virtual
La tecnología nos permite hoy comunicarnos en tiempo real: internet con los chats y el correo electrónico, además de las cámaras de video on line hacen fácil una relación virtual.
Estos instrumentos no suplen la presencia física; nuestra mano en la pantalla en la que vemos la imagen del ser querido no puede reemplazar una caricia física.
Sin embargo, al menos nos posibilitan una comunicación que de otra forma sería difícil mantener.
Los seres humanos separados por la distancia van cambiando físicamente con el tiempo; es importante reconocer y aceptar las transformaciones.
Así, la cercanía virtual va preparando la física, ya que las facilidades para viajar se han multiplicado, pero es necesario entretanto cuidar el corazón y el alma; los sentimientos no tienen reposición.
3. Dudas y preguntas
Todo va bien, hasta que una vez los correos electrónicos vuelven al no haber sido recibidos.
En ese momento nos damos cuenta de que casi no tenemos algún dato físico sobre la ubicación de esa persona: dirección, teléfono… Sólo tenemos un email que nos rebota creando angustia.
Por momentos podemos pensar lo peor… No dejemos que la duda nos domine y turbe nuestro corazón. Tengamos siempre a disposición algún medio físico de comunicarnos, como un número telefónico.
Esta advertencia parece simple, pero muchas veces la comunicación por email y chat nos da una seguridad que tambalea ante las primeras dudas.
4. Tiempo y afectos
Los años pasan, y los afectos deben ser mantenidos.
Nuestros familiares y amigos, las personas que queremos, nos necesitan tanto como nosotros a ellas en forma recíproca.
No olvidemos a quienes están lejos físicamente.
Que la tecnología, que nos ayuda a vivir, no afecte nuestra salud física o espiritual; usémosla para el bien y nos sentiremos mejor. Alberto Auné
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