Alberto Auné
Los cambios en la World Wide Web son continuos.
Internet no es la misma red que conocimos décadas atrás; se transforma con nuevos instrumentos y debemos actualizarnos al respecto.
Contenido
1. La internet de ayer
En su libro La Tercera Ola, publicado en 1980, Alvin Toffler profetizaba la existencia de una red de computadoras comunicadas más allá de las fronteras; eto se concretó con redes locales primero e internacionales después para llegar posteriormente a internet.
La idea de red estaba ligada a una computadora u ordenador y no había otra forma de ingresar a la red virtual.
2. Cambios de instrumento
Las cosas fueron cambiando con el tiempo. Un email nos llega tanto a una computadora de mano como a un beeper o teléfono celular. Las imágenes van desde un celular a una pantalla y pueden ser difundidas en segundos a partir de allí, de manera masiva.
Se ha expandido el uso de computadoras portátiles y hay quienes desde ellas se comunican con el mundo, estén donde estén, con la tecnología Wi-Fi, sin cables.
Los modernos teléfonos celulares permiten acceder a páginas web, incluyendo buscadores y correos electrónicos de alta capacidad de almacenamiento.
3. Nuevos estilos laborales
También ha cambiado la forma de trabajar. Hay discos rígidos virtuales o casillas de correo con gran capacidad de memoria, lo que lleva a poder trabajar desde cualquier lado con nuestros archivos en la Web.
Además, pequeños dispositivos de almacenamiento posibilitan el traslado de grandes cantidades de información y su acceso a través de cualquier computadora.
4. El desafío de internet
Han quedado atrás las primeras computadoras por las cuales se podía acceder a la Red de Redes, que hoy nos parecen lejanas en el tiempo pero eran usadas hace no muchos años.
El conocimiento está a nuestro alcance sin límite de formas ni herramientas para acceder a él.
Aprovechemos la oportunidad que internet nos brinda y crezcamos en información y saber, para que, sea cual fuere el instrumento usado, tengamos más elementos para saber y tomar decisiones. Alberto Auné
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