Alberto Auné
Una vida sana exige que el ciudadano conozca, los establecimientos educativos informen y la sociedad participe, en una sinergia positiva.
Prevenir, una necesidad
La agitada vida que llevamos en la actualidad causa daños a nuestra salud, tanto en lo físico como en lo mental; sin embargo, saber cuidarnos puede evitarnos muchos problemas.
La medicina preventiva es clave para que tengamos una vida sana y debe ser impulsada por gobiernos, empresas y la sociedad en general, para que podamos tener una mejor calidad de vida.
Esta prevención debe llegar a todos los ciudadanos, para quienes este cuidado no debe ser tomado como una obligación impuesta sino como una responsabilidad social.
La colaboración por parte de empresas y entidades puede expresarse a través de la facilitación del tiempo necesario al personal para que pueda efectuar chequeos y tener actividades que ayuden a mejorar la salud, sin que se vean resentidos sus haberes.
Una nación necesita a todos sus ciudadanos en las mejores condiciones posibles de salud, por lo que todo esfuerzo que se haga en este campo no es un gasto sino una inversión a futuro.
Cuidado individual, responsabilidad social
Si no cuidamos en forma individual nuestra salud, previendo problemas, tampoco podremos cuidarnos como comunidad.
El comportamiento responsable será beneficioso para nosotros y para quienes nos rodean: todo examen médico es un derecho inalienable frente al riesgo o contingencia de una enfermedad, ya que hay una estrecha conexión entre el derecho de protección y el deber de todo ciudadano de conservar su salud.
Por lo tanto, en este concepto, la salud es un derecho-deber: podemos exigir que el Estado brinde los recursos necesarios para mantenerla, pero éstos son inútiles sin que cumplamos nuestra parte en este pacto social.
Educar en salud, ganar en calidad de vida
Esta toma de conciencia tiene lugar, también, a través de una educación dirigida no sólo al profesional de la salud sino a todas las estructuras sociales.
La asociación del concepto de prevención con el de responsabilidad del individuo y de la comunidad en materia de salud debe estar implícita en todo proyecto de educación sanitaria, considerando que un buen número de enfermedades no se originan en una sola causa sino en el comportamiento de los individuos.
Para conseguir este grado de conocimiento es necesario implementar una política orientada por los principios de desarrollo de la higiene en la vida moderna, prevención de los factores perjudiciales para la salud y organización de los servicios y establecimiento de estructuras de apoyo para garantizar una base legal a la prevención y educación sanitarias.
Movilidad social ascendente, mayor calidad de vida
Mediante la superación de estados de pobreza y la elevación de la instrucción ha subido el nivel general de la salud, pero también es verdad que varios problemas sanitarios han sustituido a los anteriores.
Esta situación puede verificarse, por ejemplo, en los grandes aglomerados urbanos que reciben miles de nuevos habitantes en un barrio o comunidad a partir de la construcción de grandes edificios para vivienda, que pueden contener a gran cantidad de personas.
De esta forma, sin un adecuado estudio socioambiental, se corre el riesgo de colapso en servicios elementales como agua, gas o electricidad, con negativas consecuencias.
La organización sociosanitaria se ha diversificado y especializado en distintos componentes; la protección social y el control progresivo del medio ambiente incidieron en la erradicación de muchas enfermedades antiguas.
Sin embargo, permanecen otras que se originan en la pobreza y la limitación al acceso de recursos sanitarios y alimenticios.
Nuevos problemas para la salud
La agitada vida actual lleva a tensiones en muchos campos, como el familiar, el afectivo y el laboral-profesional.
El estrés se ha adueñado de las vidas de muchos seres humanos y esto se refleja en tabaquismo, alcoholismo, un deficiente régimen alimenticio y sedentarismo entre otros factores.
Otras enfermedades se originan o agraven con factores como la tensión laboral, el transporte, la vivienda y situaciones que afectan al modo de vida ciudadano.
Contribuyen al riesgo las enfermedades denominadas “asesino silencioso”, siendo la más extendida de ellas la hipertensión arterial. Todo control al respecto es poco y estos problemas no avisan sino que golpean a nuestra puerta, o mejor dicho a nuestro cuerpo, cuando menos lo pensamos.
Estemos informados sobre actitudes y conductas de riesgo para saber evitarlas.
Medios de difusión, aliados de la salud
El conocimiento como herramienta para obtener una mejor salud es un instrumento eficaz para detener el crecimiento y desarrollo de estas enfermedades de nuestro tiempo.
Las nuevas tecnologías deben estar al servicio de esta educación, mediante la difusión de las condiciones para una vida saludable.
El estrés y la vida agitada llevan a un aumento de enfermedades relacionadas con la falta de paz interior, como tabaco, alcoholismo, automedicación, drogadicción, accidentes domésticos, laborales y de tránsito. En este último aspecto recordemos el aumento de accidentes entre conductores de automóviles y peatones por conducir un vehículo o caminar hablando por teléfono celular o móvil.
Esta educación debe construir una conciencia de responsabilidad de individuos, no sólo a nivel ciudadano sino de quienes tiene poder de decisión en materia sanitaria.
De esta manera será posible un cambio de conductas. Debe eliminarse de manera progresiva el consumo masivo de productos que ofrecen beneficios para la salud pero no cuentan con el aval correspondiente por parte de las autoridades.
En este aspecto los medios de difusión tienen un importante rol a cumplir, pero a menudo no lo hacen presionados por las fuertes pautas publicitarias de quienes elaboran estos productos.
Autodisciplina
La educación para la salud es actualmente el instrumento con mayores posibilidades a nivel preventivo para una política de Estado a nivel sanitario.
Los dirigentes sociales y políticos deben comprender que una adecuada educación sanitaria trasciende a una administración, con la necesidad de fijar pautas que excedan a uno o varios gobiernos que se suceden en el tiempo.
Una tarea de todos
El desarrollo de esta tarea debe ser efectuado en los ámbitos educativo, familiar y comunitario.
La responsabilidad de padres y educadores es fundamental, así como integrar en la educación a todos los niveles sociales para asegurar la continuidad de la labor de forma intergeneracional.
Es posible mejorar nuestra calidad de vida mediante un esfuerzo y toma de conciencia por parte de la sociedad, sin exclusiones.
El Estado y la salud ciudadana
Empero, no olvidemos que también son necesarios otros aportes a cargo de las autoridades.
Entre ellos podemos señalar la reducción de la polución visual y auditiva, la disminución de los riesgos derivados del empleo de sustancias químicas y el procesamiento de desechos industriales.
También en el aspecto laboral es necesario llevar adelante acciones para mejorar las condiciones de trabajo, en especial respecto a la seguridad.
En varios países se trabaja actualmente en una adecuación de las leyes de riesgos de trabajo, llevando a que la seguridad laboral sea una responsabilidad compartida por trabadores, empresarios y gobierno…
De esta forma, con una adecuada prevención, educación y readaptación se logrará una mejora a mediano plazo en la salud de la sociedad, con una baja en el costo médico y hospitalario que permitirá dar una mejor atención a quienes la soliciten.
Nosotros, los demás y la salud
Cuidemos nuestra salud, sin esperar a que haya síntomas que nos alerten, ni dejemos pasar el menor de ellos sin efectuar consulta a un profesional.
Corremos durante el día en busca de metas que parecen inalcanzables, las cuales no tienen sentido si llegamos a ellas exhaustos y sin posibilidad de disfrutarlas.
Mantengamos una escala de valores con prioridades que nos lleven a estar mejor; de nada vale conseguir cosas a costa de nuestros principios ni ser el más rico del cementerio.
De esta forma, la interrelación entre individuo, familia y comunidad se potenciará logrando una mejor calidad de vida basada en la prevención y beneficiando a todos los ciudadanos sin distinción de edad ni del llamado nivel social, que a menudo discrimina a quien ha obtenido algo mediante el propio esfuerzo para honrar el facilismo y la superficialidad. Alberto Auné
Conozcamos los recursos médicos para la salud. (Fuente: http://www.wikimedia.com)
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