Ramón del Valle-Inclán: fiel retratista del hombre americano a través de la palabra

· Alberto Auné, arte, literatura
Autores

Estatua de Valle-Inclán en A Coruña, Galicia. (Fuente: http://www.wikimedia.org)

Alberto Auné

Acerquémonos a su obra y conozcamos los personajes que nos legara su pluma.

Este gran escritor dejó una obra que trasciende el tiempo: Tirano Banderas, un clásico de la literatura americana que ha marcado una época y definido un estilo perdurable, influyendo en otros autores.

Contenido

  1. Diferentes autores recrean un carácter común
  2. Del Valle-Inclán, maestro de la palabra
    3. Un país inspirador de artistas y creadores
    4. Un personaje con mucho para decir y un legado inmortal
    5. El legado de un gran creador
  3. Diferentes autores recrean un carácter común

La novela americanista de fuerte color local, con intervención protagónica a cargo de un déspota local con características autóctonas o menos folklóricas, tiene ejemplos dignos de ser destacados, entre los cuales podemos señalar El señor Presidente, de Miguel Angel Asturias; El recurso del método, de Alejo Carpentier; El otoño del patriarca, de Gabriel García Márquez y Oficio de difuntos, de Arturo Uslar Petri.
Los autores citados muestran, a su vez, la influencia de una novela de un autor que si bien era español demostró su pasión por América: Tirano Banderas, de Ramón del Valle-Inclán, publicada por primera vez en 1926.

  1. Del Valle-Inclán, maestro de la palabra

    Ramón José Simón Valle Peña, conocido como Ramón María del Valle-Inclán (Villanueva de Arosa, 28 de octubre de 1866 – Santiago de Compostela, 5 de enero de 1936), fue un dramaturgo, poeta y novelista español, que formó parte de la corriente denominada Modernismo en España y próximo, en sus últimas obras, al alma de la Generación del ’98; es considerado uno de los autores clave de la literatura española del siglo XX.
    Este gran escritor fue definido por Rubén Darío en un soneto cuya primera estrofa es la siguiente:

Este gran don Ramón de las barbas de chivo,
cuya sonrisa es la flor de su figura,
parece un viejo dios altanero y esquivo
que se animase en la frialdad de su escultura.

La tierra gallega, con sus rías y montañas, está llena de supersticiones y leyendas y una imaginación desbordante en sus poetas y escritores, quizás un legado de los celtas.
América, según algunos autores, fue descubierta por los celtas siglos antes de Cristóbal Colón. La naturaleza, el clima, las distancias, se magnifican a niveles que no comprendería el extranjero en esa tierra.
El humor burlón y el refinamiento literario modernista de Del Valle-Inclán encontraron un lugar en la narrativa, más específicamente la novelística, que a su vez encontró un marco inicial en América, antes de que comenzara la publicación de los Cuadernos de Ruedo Ibérico.
Esta publicación nació en París, en 1961, como una forma de rechazar la censura que el gobierno de Francisco Franco imponía en España, constituyendo un proyecto que buscaba dar a conocer los valores de la democracia, en rechazo al pensamiento único que impulsaban las autoridades españolas.
Sus iniciadores fueron Nicolás Sánchez Albornoz y José Martínez Guerricabeitia. Este último impulsó los Cuadernos, que constituyeron un espacio en el cual difundían sus ideas intelectuales que luchaban contra toda forma de totalitarismo.
Durante su juventud Del Valle-Inclán viajó a México. Más tarde dijo, según recuerda Alfonso Reyes, que ese país “me abrió los ojos y me hizo poeta”, ya que “hasta entonces no sabía qué rumbo tomar”.
Regresó a tierra mexicana más tarde, en 1921, en ocasión de la celebración del centenario de la Independencia, que había sido declarada el 27 de septiembre de 1821; a su regreso decidió escribir una novela ambientada en México.
En su primer viaje había conocido el gobierno de Porfirio Díaz, también denominado “Porfiriato”. Esta etapa de la historia mexicana duró casi tres décadas, durante las cuales ese militar gobernó al país desde 1876 hasta mayo de 1911, con la excepción de la presidencia de Manuel González, entre 1880 y 1884.
En esos años México tuvo un fuerte desarrollo económico, pero acompañado de una profunda desigualdad social.
Una posibilidad es que este gran escritor se hubiera inspirado en esa época o en circunstancias que conociera o le fuesen relatadas.
En 1924 escribió: “Trabajo en una novela americana y de avaricia gachupinesca. Se titula Tirano Banderas. No es en diálogos, sino en una prosa expresiva y poco académica”.

  1. Un país inspirador de artistas y creadores

México inspiró varias grandes novelas de autores extranjeros que se adentraron en el espíritu de ese país. Entre ellos podemos nombrar, además del español al cual está referido este trabajo, y a dos anglosajones.
Uno es David Herbert Richards Lawrence, más conocido como D. H. Lawrence, autor de un gran fresco mexicano en La serpiente emplumada; el otro, Malcom Lowry, se acercó de forma mágica al espíritu mexicano en Bajo el volcán; de esta obra se hizo una película en 1984, con el mismo nombre, dirigida por John Huston.
En Tirano Banderas la acción se desarrolla en tres días; en la obra de Lowry una sola jornada es suficiente para todo el relato.
Algunos críticos calificaron a Tirano Banderas como la mejor obra de su género, inclusive si se la compara con las de autores del continente americano.
Otros autores sostienen que a través de la lectura del texto se advierte con claridad que el autor no es americano porque el clima parece algo artificioso.
De todas formas, Del Valle-Inclán enfrentó el problema del lenguaje cambiante en el continente americano, pues si bien el argumento supera límites geográficos los recuerdos y vivencias mexicanos son esenciales en la ambientación.
La pretensión del autor fue situar su obra en un lugar indeterminado, para que pudiese ser identificado como cualquier punto de América, para lo cual creó un lenguaje propio, con expresiones típicamente mexicanas que se mezclan con otras de varias regiones hispanoamericanas, entre ellas el ámbito rioplatense.
A esto se suma la invención de un paisaje especial, con accidentes geográficos que resumen la topografía americana.
El país en el que se desarrolla la obra es Santa Fe de Tierra Firme, el cual sufre la dictadura del general Santos Banderas, definido por el autor como “cruel y vesánico”.
Para enfrentarlo hay una oposición en la cual se destacan románticos visionarios con actitudes de místicos que buscan redención.

  1. Un personaje con mucho para decir y un legado inmortal

En Tirano Banderas, cuyo personaje principal es el general Santos Banderas, jefe de Estado, enfrentado con Zacarías el Cruzado, hay una abundante crítica social, que no excluye a los españoles.
El tono es trágico, algo teatral y melodramático, contrastando con los refinamientos modernistas de las Sonatas. Estas fueron cuatro, publicadas en 1902 (Sonata de otoño), 1903 (Sonata de estío), 1904 (Sonata de primavera) y 1905 (Sonata de invierno).
Además, este estilo comprueba el vasto registro temático y estilístico del autor, a lo que debemos agregar el sentido del humor.
Este gran escritor tuvo un acierto al presentar el personaje del gobernante autoritario que se creía el dueño de sus gobernados.
Con el transcurrir de los años, debería soportar dictaduras de distinto signo ideológico pero siempre con las mismas características, algunas de las cuales se expresaron inclusive en el siglo XXI.
Otro tipo de personaje gobernante, no militar, es el civil que utiliza el atril de la sede gubernamental, tras el que habla sin que tener que soportar disenso para fustigar a quienes osan pensar distinto y expresarlo.
Hasta los medios de comunicación reflejaron este tipo de gobernantes. En Argentina, el conocido artista cómico Alberto Olmedo (1933-1988) representó un sketch televisivo que tuvo mucha aceptación: el dictador de Costa Pobre. Este artista, que marcó una época con su arte en ese país, se inspiraba a menudo en personajes que estaban en el imaginario colectivo para recrearlos de manera humorística.
Esta caracterización, efectuada varias décadas después de la publicación de Tirano Banderas y otras obras inspiradas en el mismo esquema, muestra que el artista, cuando interpreta un personaje que llega al público, logra una identificación que trasciende el género en que se efectúa: cine, teatro o literatura.

  1. El legado de un gran creador

La presencia en las letras americanas de Ramón María del Valle-Inclán influyó en autores posteriores, a partir la creación del personaje principal de Tirano Banderas.
Su obra, plena de espíritu americanista, ha guiado y lo sigue haciendo a otros escritores y creadores que recrearon una obra y un espíritu característicos de las letras y el arte del continente. Alberto Auné

 

 

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