Francisco Luis Bernardez. Vida Gallega, 5-11-1922 p. 17. (Fuente: http://www.wikimedia.org)
Alberto Auné
Este gran poeta nació en Buenos Aires el 5 de octubre de 1900.
Vivió algunos años juveniles en la Galicia de sus antepasados y sus primeros libros aparecieron en Madrid, donde fue secretario de redacción de El Pueblo Gallego.
Su primera obra fue el libro Orto, publicado en 1922, al que siguieron Bazar, en ese mismo año, y Kindergarten en 1924, obras que iniciaron su evolución más definida hacia formas estilísticas modernas.
Algunas influencias de Leopoldo Lugones no alteran su acento propio en su cuarto libro, ya publicada en la Argentina a su regreso, Alcándara (1925), del que él mismo dijera: “Aunque cuarto en el número de mis libros, es el primero en que mi canto suena con su timbre personal».
Colaboró con el diario La Nación, más adelante con la revista católica Criterio y, desde 1924, con el renovador movimiento reunido en torno de la revista Martín Fierro.
El buque, escrito en 1935, fue su regreso a las fuentes de la vieja lírica española; fue escrito en la clásica forma de la lira. Además constituyó la confirmación de su búsqueda de lo espiritual a través del misticismo.
Las virtudes teologales, narra, le son reveladas cuando se creía distante de ellas:
La casa donde vivo,
la noche que me tiene desvelado,
y el viento fugitivo.
Todo está dominado
por un silencio desacostumbrado.
Mi sueño se derrama
sobre la noche de mi desventura
lo mismo que una llama;
pero mi sueño dura
bastante menos que la noche obscura.
Mi canto, si lo fuera,
disiparía, como por encanto
la sombra duradera;
pero mi pobre canto
sería canto si no fuera llanto.
Desde entonces, la poesía de ese autor giró alrededor del motivo central de la Fe. El sentimiento religioso está presente en muchas composiciones de sus libros: Cielo de tierra (1937), La ciudad sin Laura (1938, dedicado a su mujer, Laura González Palau), Poemas elementales (1942), Poemas de carne y hueso (1943) y El ruiseñor, publicado en 1945.
Julio Noé dijo de la obra de este autor:
“No es Bernárdez poeta de escaso aliento; desarrolla sus temas con amplitud, frecuentemente en versos de metro largo, 22 sílabas, cercanos a la prosa poética y semejantes a los que (Paul) Claudel ha utilizado en sus grandes cantatas” (como, en Bernárdez, su Estar enamorado)..
Fue también consejero cultural de la embajada argentina en Madrid durante los primeros años de la década de 1960.
Su obra Mundo de las Españas es un ensayo en el cual mostró su sentimiento hacia España, con una cuidada prosa que muestra su profundo conocimiento de la literatura de ese país.
Son páginas escritas con motivo del onomástico o fallecimiento de los más ilustres escritores clásicos y contemporáneos a su vida, de reminiscencias de su juventud, de semblanzas vinculadas al homenaje o premios otorgados a estos autores.
Francisco Luis Bernárdez falleció en Buenos Aires el 24 de octubre de 1978.
No es tan recordado como lo merece. Evocamos su memoria con la transcripción del “Soneto del amor unitivo”, de su libro La Ciudad sin Laura.
Tan unidas están nuestras cabezas
y tan atados nuestros corazones,
ya concertadas alas inclinaciones
y confundidas las naturalezas,
que nuestros argumentos y razones
y nuestras alegrías y tristezas
están jugado al ajedrez con piezas
iguales en color y proporciones.
En el tablero de la vida vemos
empeñados a dos que conocemos,
a pesar de que no diferenciamos.
Es un juego amoroso que sabemos
sin ganador, porque los dos perdemos,
sin perdedor, porque los dos ganamos.
Este autor fue un poeta de fuertes valores espirituales, que supo transmitir en su obra a su generación y a las venideras. Alberto Auné
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